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JUSTICIA EN JAQUE

Publicado: 2018-08-16

Decía bien el viejo Zygmunt Bauman que en nuestro tiempo “el incremento de la libertad individual tiende a coincidir con un incremento de la impotencia colectiva”. Hay gente que incluso se siente libre hasta de golpear e insultar a un servidor público que cumple su trabajo solo porque le pusieron en el auto una bien merecida papeleta. Otros se deshacen de todo tipo de pudores y resbalan rápidamente hacia los linderos de la corrupción: alcaldes que se burlan de la ley postulando a sus hijos y familiares para asegurarse impunidad, comisiones congresales que blindan a cuestionados personajes, autoridades ilegitimas y con “cara de palo” que persiguen a quienes valientemente los denunciaron. En fin, una retahíla de sinvergüenzas que proliferan como hongos en los vacíos que la ley no prohíbe explícitamente. “No es delito, es una falta ética”, dicen, pasando a la historia nacional de la infamia. Mientras tanto, la ciudadanía reniega frente a las noticias rumiando su impotencia. 

ALFIL NARANJA

Cuentan que cuando Chávarry asumió la Fiscalía de la Nación, en el Congreso los fujimoristas celebraron, “ahora verán lo que es bueno”, se oyó decir. El nuevo fiscal de la Nación –para muchos un usurpador- parece bañado en cera y aceites, todo le resbala. Cuestionado por la opinión pública, por la ciudadanía, por sus subordinados y por el propio Presidente de la República toma las críticas y fustigaciones como un “consejo”, él sigue en lo suyo. Se ha revelado ahora que sus calificaciones fueron adulteradas para lograr postular al cargo con la anuencia del defenestrado Consejo Nacional de la Magistratura, hostiga a los buenos fiscales José Domingo Pérez y Rocío Sánchez en un intento por desprestigiarlos y, para colmo, ha designado al cuestionado fiscal Tomás Gálvez -protagonista igual que él de los audios de la vergüenza- para investigar a la “señora K” por el caso de los “mágicos” e hiper rentables cócteles fujimoristas.

Luego del mensaje presidencial, está claro que la reforma política-electoral y la lucha contra lo corrupción en nuestro sistema de Justicia encontrarán en el fujimorismo y sus aliados a su principal obstáculo. Y aunque las encuestas digan que Keiko Fujimori sigue en caída libre, lo cierto es que su poder –aunque cuestionado- sigue intacto. Pasó la hora del “pulseo”, las fuerzas democráticas jugaron su turno: audios, denuncias, marchas, indignación, obvios señalamientos, hasta llegar al mensaje de Vizcarra. Luego llegó el turno de la corrupción: jueces corruptos que no se van amparados en la Ley, “pertinente” falta de quórum congresal para acelerar investigaciones y reformas, blindajes a “becerriles” de todo pelaje. Toda una estrategia anunciada ya desde el mismo 28 de julio con declaraciones destinadas a desanimar a la colectividad. El Presidente intentó sacar la política a las calles con la propuesta del referéndum, el fujimorismo y sus aliados lo llamaron “demagogo y populista”, no les conviene para nada que la gente decida en este momento, por ende, la política sigue siendo la ilustre rehén de un Congreso anaranjado.

ENROQUE POPULAR

Es evidente que no bastan las marchas, la ciudadanía requiere un nivel de conciencia mayor, que ubique quién es quién en el nuevo escenario y no se deje engañar. Es el momento de iniciar diálogos públicos no solo en las redes, es necesario un acercamiento entre sectores diversos para circular información y discutir qué tipo de país queremos de cara al 2021, pues no todo está podrido ni carcomido por el cinismo. Hay fiscales honestos que se juegan la vida, sabemos quiénes son y hay que defenderlos, hay jueces dispuestos a hacer la diferencia, hay periodistas nada complacientes que demostraron independencia y responsabilidad cívica, líderes y lideresas políticas que salieron decididamente a manifestarse en contra de la corrupción, no solo en entrevistas también en las calles. Claro, también está el inefable Barnechea, que las pocas veces que desciende a la tierra en lugar de condenar la corrupción, condena a quienes se preguntaron legítimamente dónde diablos se había metido. ¿Cómo es que aún aparece en las encuestas? Simple, las encuestas lo incluyen en sus sondeos a pesar de sus estridentes ausencias.

Pero volviendo a lo importante, la propuesta del referéndum debe ser asumida como un rescate de la voluntad popular, un enroque que nos permita arrancar a la política de las garras de la corrupción. La iniciativa debe ser de la ciudadanía para generar una conciencia colectiva que trascienda la impotencia, que quede algo después de la rabia y la indignación.

Si no hacemos algo pronto las elecciones locales van a ser –ojalá que no- la antesala de un bicentenario desastroso y vergonzante, puede significar una articulación mayor de los poderes corruptos que verán en el 2021 la oportunidad de su ansiada consolidación.

En ese sentido, el referéndum puede ser la palanca que mueva al país en contra de ese corporativismo corrupto que ha penetrado al Estado, es una oportunidad que no se puede dejar pasar porque devuelve a la ciudadanía el protagonismo social y político que siempre debe tener. No esperemos que un eventual cierre del “congrezoo” termine victimizando y legitimando a las fuerzas corruptas que operan disfrazadas de política. Estamos en “jaque”, pensemos bien la próxima jugada.


FUENTE  diariouno.pe


Escrito por

Jorge Millones

Trovador y productor. Aficionado a la filosofía y las ciencias sociales.


Publicado en

Cascabel: Textos, imágenes y sonidos para el cambio.

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