Hay quienes dicen que la guerra fratricida fujimorista es un simulacro orquestado por el patriarca Alberto y lo que sigue, dicen, es que ponga orden y reunifique al fujimorismo para el 2021. Todo es posible aquí, pero ya parece una especulación “conspiranoica”. 

Pésimo negocio para la imagen del fujimorismo lo ocurrido y lo que viene ocurriendo como para pensar que todo es una calculada pantomima. Kenji no votó por su hermana, tuvo declaraciones insinuando que podía ser él la nueva carta electoral, la acusó de estar fría y distante con su padre priorizando su futuro político, la desacreditó hasta llegar a un abierto enfrentamiento con rupturas políticas, amenazas y gruesas acusaciones mutuas. Incluso, la política de PPK en mucho, ha consistido en agudizar esa fisura jugando con el indulto hasta dividirlos completamente.

Los Fujimori en estos últimos meses expresan no solo un conflicto intrafamiliar, también hay un conflicto de poderes y fuerzas nada santas dentro del fujimorismo pugnando por quedarse con la franquicia. Así, podrían perder el apoyo del gran empresariado que elegiría otro operador político, menos conflictivo y polémico.

El eje del debate sigue siendo la corrupción, las acusaciones de delincuentes y corruptos entre fujimoristas los deja muy mal parados frente a la ciudadanía. Es una guerra declarada; desde el momento que Kenji se propone casi como “colaborador eficaz” lleva los términos del conflicto a una escala mayor. Enfrenta un desafuero, acusación penal y su contragolpe, si lo puede probar, podría ser un harakiri.

En sus dos versiones, demuestran que siguen siendo aplicados alumnos del montesinismo. Si entre ellos son capaces de hacerse cualquier cosa ¿Qué no le harán a sus ocasionales adversarios? ¿Qué no le harán al Perú de poseerlo completamente? Recordemos las campañas de demolición en los noventa, el asedio al propio Kuczynski, el reglaje a fiscales, el ejercito de trolls que tienen para “terruquear” a quien los critique. Una pequeña muestra de lo que hubieran hecho si ganaban las elecciones.

No están aptos para la democracia.

FUENTE: larepublica.pe