#ElPerúQueQueremos

Hilar fino

Publicado: 2018-02-03

Quizás no lo sepan, quizás sí, pero los familiares de las víctimas del fujimorato, los abogados y activistas de derechos humanos que están luchando en la Corte Internacional de San José contra la impunidad y por el derecho a la justicia, están luchando, además, por el porvenir de un país con dignidad, justicia y solidaridad. Es sin duda, un momento histórico. 

El indulto al delincuente Alberto Fujimori por parte de PPK evidencia un pacto por la impunidad y el mantenimiento de un sistema corrupto y corruptor, un círculo vicioso que nos llena de cinismo y desilusión, que eleva al sinvergüenza y entierra al honesto. Con este indulto se rompe el pacto de gobernabilidad que implícitamente firmaron las fuerzas democráticas con PPK en la segunda vuelta del 2016, se terminó de caer el delgado velo que tapaba lo vergonzoso y asqueroso que es el modelo neoliberal, que no le importa nada la vida de los ciudadanos, tampoco su bienestar social, ni los recursos, ni el medio ambiente.

Continúan los asesinatos a campesinos por represión de las protestas, continúan los crímenes contra el medio ambiente, continúan la persecución y amedrentamiento de los dirigentes y organizaciones de izquierda. Y por si no bastara negarle el derecho a la justicia a los familiares de las víctimas de los aniquilamientos fujimoristas, tampoco se transmite en vivo la trascendental audiencia en la Corte Interamericana de DDHH, es decir, también desactivan esa cacareada “libertad de expresión” que sólo sacan del bolsillo cual tarjeta amarilla para criticar a Venezuela, pero la olvidan cuando de se trata de denunciar las injusticias en el Perú.

Si la Corte de San José falla contra el indulto Alberto Fujimori debe regresar a la cárcel, es una cuestión de derecho, el Perú no puede sustraerse a esa sentencia. Saldrán a rabiar aquí los “fujitrolls” y toda su matonería parlamentaria seguramente acusarán a la Corte de “terruca”, “rojete” y “caviar”; el propio PPK ya adelantó que no acatará una sentencia adversa, pero la ley es la Ley. Debe acatarse y Fujimori debe regresar a prisión, restaurando no solo el derecho a la justicia de las víctimas y sus familias, sino, el derecho del Perú a soñar con un país de verdad, no con la chingana en que lo han convertido todos aquellos que defienden la Constitución de 1993.

La corrupta “república empresarial” es un zombi hediondo que se agarra al poder con dedos cadavéricos y dientes negros, no puede inspirar el respeto de nadie porque están al descubierto sus entrañas corruptas, por eso nadie respeta nada.

Salen a flote más pruebas de “First Capital” y otros “negociazos”, pero no olvidemos los “faenones” de los anteriores gobiernos post-fujimoristas que quedan “lavados” porque en el fondo todos fueron clientes de Odebrecht y otras grandes empresas. El indulto es la cereza de ese cochino pastel que la “república empresarial” pretende que nos comamos todos, pues frente al delincuente mayor, y para los medios, los demás son pillos de poca monta que no merecen atención mediática.

Es necesario que todos los sectores que padecen postergación, explotación, ninguneo, persecución y hasta asesinatos se unan. Todas y todos. Desarrollar la capacidad empática de indignarse y entender que ante la víctima de hoy corresponde inmediata solidaridad y acompañamiento, que la victima de ayer merece memoria, respeto y justicia, porque en esta lucha por una patria para todos, la víctima de mañana podemos ser nosotros mismos.

La consigna es hilar fino, como las bellas y complejas urdimbres de la cultura Paracas. Tejer nuestras demandas en una sola demanda, tejer las luchas como una sola lucha, tejer la unidad porque la fuerza está en el tejido, no el hilo solitario, aunque sea de oro.

Mientras tanto, allí están “ELLAS”, hermanas, hijas, madres, compañeras, sentadas como muchas veces, casi infinitas, en una sala penal para defender a sus hijos, hermanos, padres, familiares al fin. Con la foto de los ausentes colgando del pecho, para que el mundo sepa cómo eran sus rostros, cómo eran antes que el fujimorismo los borrara de este mundo. Allí están también en las plazas, gritando “no a la impunidad”. No borrarán sus nombres y justicia tiene que haber, porque no es odio al sátrapa, es la necesidad de cerrar heridas, de dar ejemplos y construir ciudadanía.

El país está atiborrado de imágenes de corrupción e injusticias, de gente que a diario hace lo que le da la gana sin importarle los demás. Si la Corte Interamericana de Derechos Humanos falla contra el indulto, todo parece indicar que así será, tendremos una oportunidad de revertir como país todo el proceso de envilecimiento y degradación moral que el fujimorismo nos ha heredado y sus seguidores se han encargado de cultivar en estos años.

¡Sí se puede!


FUENTE: diariouno.pe


Escrito por

Jorge Millones

Trovador y productor. Aficionado a la filosofía y las ciencias sociales.


Publicado en

Cascabel: Textos, imágenes y sonidos para el cambio.

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