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Gracias, PPK

Kenjismo: el nuevo "ppkausa"

Tenemos dos facciones dentro de una misma “fuerza política” (si es que así se le puede llamar a ese arrejunte): El “kenjismo” y el “keikismo”. Es obvio que el primero ha asestado un duro golpe al segundo dejándolo malherido. El ilegal indulto a su “api” logrado por Kenji ha dejado muy mal al keikismo, que ya venía dando tumbos y manotazos autoritarios desde su derrota electoral perdiendo apoyo y sumando error tras error. Pero como dice bien Glatzer Tuesta, a la hora de las ánforas ambas fuerzas se unirán (o una subyugará a la otra) y el fujimorismo será uno solo. Me pregunto ¿Qué habrá sido de Montesinos en todo este proceso?

JORGE MILLONES

Publicado: 2018-01-03


Lima ha despertado después del “año nuevo” con pintas y paneles a favor del indulto. Se promociona a Kenji Fujimori y se agradece a PPK por el indulto, todo esto coronado en nombre de la “Reconciliación”. ¿Se llamará así la nueva bancada y nuevo grupo fujimorista de Kenji? ¿En verdad cree Kenji en la “reconciliación”? ¿Entenderá el otrora amigo de “Puñete” que la reconciliación no se puede dar con impunidad? ¿O quizás se refieren únicamente a la reconciliación entre el fujimorismo y PPK? Pareciera que es la última opción, pues las víctimas de COLINA no se van reconciliar con nadie que pisotee su anhelo de justicia. Y ambos, PPK y Kenji Fujimori han vuelto a abrir una herida que empezó a cerrarse aquel 7 de marzo del 2009, cuando Alberto Fujimori fue sentenciado a 25 años de prisión.  

TE PINTO LA CARA

Todo este “aparateo” visual en las calles de Lima va en consonancia con el discurso de PPK y Mercedes Aráoz de la “reconciliación”, apadrinado por algunos medios, periodistas y políticos que lo han denominado “hecho consumado”. El objetivo es desanimar a la sociedad peruana aún más. Ya no basta el fatal mensaje que dice que a los megacorruptos nadie los toca, además, nos dicen que los mega-asesinos, finalmente, se salen con la suya.

Alguna vez dije por aquí, que la principal consecuencia de este tipo de corrupción neoliberal y ponzoñosa era empujarnos aún más el fatalismo, obligarnos a creer que no hay otro modelo mejor que este. Destruir la confianza no solo en las instituciones y en la propia democracia, sino, dejar de creer que podemos tener un país digno, de gente honesta que sea capaz de vivir en comunidad y compartir un mismo horizonte colectivo. Un tipo de corrupción sin precedentes que promueve salidas autoritarias tanto por derecha como por izquierda. Así estamos, pero ¿Así nos quedaremos?

El indulto abre la posibilidad para que muchos más delincuentes condenados del fujimorismo pidan su excarcelación. De hecho, algunos ya lo venían tramitando y el indulto se convierte en un nefasto precedente. Los ministerios siguen llenándose de fujimoristas y filofujimoristas, la ponzoña sigue avanzando y el gobierno de PPK pareciera que está feliz de mutar velozmente para convertirse en el gobierno de la “restitución fujimorista”. PPK quiere meter por la ventana a aquellos que el pueblo peruano echó a patadas en el 2000.

¡POR LA RECON... CILIACIÓN!

¿Gracias PPK? Puede ser, por el relevo de pruebas de este falso demócrata, por haber quedado en evidencia que la investidura de Presidente del Perú le queda grande, por haber pactado con lo más oscuro de la política peruana y con una fuerza criminal disfrazada de política. Ahora queda claro que su sistema está tan podrido como ellos, por eso saltan sus defensores a atacar a quienes critican este modelo fujimorista de gobierno.

Quedará en la historia que PPK utilizó las fiestas de fin de año de 2017 para tapar sus vergüenzas, para ocultar su calateo frente al asedio fujimorista. Será recordado como un “gobernante” pusilánime que accedió pilotear una máquina del tiempo hacia los tétricos noventas.

Mientras tanto, vemos convertirse al bufón del fujimorismo en su nuevo comandante. “Reconciliación” nos dicen en carteles y pintas, en boca de ellos esa palabra se vuelve una miasma que apesta a impunidad.

Estos hechos comprueban que el indulto fue un favor político para salvar el rabo de paja de PPK. Demuestra el grado de indolencia y descompromiso con el país de un lobista acostumbrado a hacer negocios a costa del Perú que no ha respetado el estado de derecho, ni a medido las consecuencias de sus actos individualistas. Y aunque para Kenji se trate solo de “salvar a su viejito” o de una supuesta “reconciliación tecnocumbiera”, el pueblo sabrá decirle “tampoco, tampoco chinito”, las leyes se respetan. Fujimori debe regresar a prisión y en su momento PPK tendrá que responder ante tribunales independientes.

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FUENTE: diariouno.pe


Escrito por

Jorge Millones

Trovador y productor. Aficionado a la filosofía y las ciencias sociales.


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