La excelente película de Juan Carlos Oganes “Gloria del Pacífico” tiene entre otras cosas, la enorme virtud de retratar a nuestros héroes al lado de su pueblo, de relevar el papel de las mujeres, de los jóvenes, del campesino y el obrero. Desde aquella vez recordé al Coronel Bolognesi como lo veía en mi niñez, y conmovido por la carta que él le escribe a su esposa, es que en estas fechas me atreví a escribirle una a él.

CARTA AL CORONEL FRANCISCO BOLOGNESI

Estimado Coronel

Muchas generaciones hemos leído la carta que usted le dirigiera a su señora esposa antes de morir y que poco a poco se ha ido perdiendo en el tiempo gracias a la degradación educativa del neoliberalismo. Ya en las escuelas no se enseña lo que realmente pasó ni el tamaño de su sacrificio, pocos jóvenes reconocen su nombre a no ser por una plaza o una calle. Modernos Piérolas y Prados se han encargado de borrar y trivializar la gesta de Arica, Angamos, La Breña o Huamachuco para imponernos “héroes” de pacotilla exhibidos como grandes figuras por la “televisión basura”.

Leo otra vez su carta y una mezcla de rabia y pena me invade al sentir que pocas cosas han cambiado. Nos siguen traicionando los gobernantes de turno, que luego de hacerse ricos huyen del país para disfrutar todo lo que nos robaron, seguros de la impunidad y que volverán a hacerse reelegir. Nos siguen traicionando los mismos generales que abandonaron a su pequeño destacamento de guerreros y a usted en Arica, esta vez “le meten mano” a los presupuestos de nuestro Ejército y no les importa la vida de los más humildes conscriptos que mueren en absurdas prácticas machistas para demostrar una supuesta “hombría”.

Siguen olvidados y escamoteados los nombres de muchxs patriotas que dan su vida en la lucha por los derechos de todas y todos los peruanos, en el deporte, en la ciencia, en las humanidades, en el arte y la cultura, en la organización popular, en la lucha contra la corrupción, patriotas que como usted son atacados por las propias autoridades de nuestro país, o abandonados a su suerte frente a poderosos enemigos externos.

Las traiciones de aquellos que antaño tenían negocios con el enemigo se repiten hoy con otros nombres, hoy son otras gentes de abolengo las que perpetran crímenes contra nuestro pueblo, y aunque el hedor de sus felonías contamina todo el país, sus medios de comunicación intentan perfumar aquello que todos sabemos: no aman al Perú, jamás lo hicieron, solo se sirven de él.

Los mismos que conspiraron contra el Perú en plena guerra son quienes repiten ese triste papel entregando a capitales extranjeros nuestros cielos, nuestras tierras fértiles, puertos, mercados y productos sin control alguno. En aras del “crecimiento” se sigue perpetrando el despojo del Perú.

Ojalá existiera el cielo, quizás pudiera ver desde arriba al maestro Manuel Gonzáles Prada, digno hijo de sus acciones y su ejemplo, sacando las principales conclusiones de esa guerra infausta que promovió el imperialismo inglés, señalando a los traidores y la pus de esa vieja clase aristócrata que heredó el Perú pero que jamás se sintió peruana.

En un acto de grandeza y a la vez de humildad, usted le pidió a su esposa que no reclame nada para que nadie diga que su sacrificio tiene precio, pero el pueblo entero sí puede reclamar. Nos corresponde a nosotros reclamar la dignidad y entrega que usted dejó en ese morro que hoy está en otro país, una dignidad rojiblanca que tiñe los corazones de quienes sentimos al Perú gracias a su sacrificio.

Antes de terminar, quiero agradecerle infinitamente lo que hizo por nosotros, por lo que hizo aquel 7 de junio de 1880 y, sobre todo, lo que su ejemplo vino haciendo después. Por acompañarnos en nuestras aulas de clases y ser más que un “súper-héroe”, por dejar claro qué significa ser peruanos y por resistirse al olvido.

Porque querido Coronel Bolognesi, el ajuste de cuentas con la historia no es con Chile, enemigo de turno aquella vez, como bien dice usted, es con los malos políticos y autoridades que dejaron y dejan morir a su propia gente. Con ellos tenemos una cita pendiente, en su nombre, y les vamos a cobrar todas las que nos han hecho.

¡Viva el Perú!

Jorge Millones.

CARTA DEL CORONEL FRANCISCO BOLOGNESI A SU ESPOSA POCO ANTES DE SU SACRIFICIO EN ARICA.

Adorada María Josefa

Ésta será seguramente una de las últimas noticias que te llegarán de mí, porque cada día que pasa vemos que se acerca el peligro y que la amenaza de rendición o aniquilamiento por el enemigo superior a las fuerzas peruanas, son latentes y determinantes. Los días y las horas pasan y las mismas como golpes de campana trágica que se esparcen sobre este peñasco de la ciudadela militar, engrandecida con un puñado de patriotas que tienen su plazo contado y su decisión de pelear sin desmayos en el combate, para no defraudar al Perú.

¿Qué será de ti, amada esposa, tú que me acompañaste con amor y santidad? ¿Qué será de nuestra hija y de su marido, que no me podrán ver ni sentir en el hogar común? Dios va a decidir este drama en que los políticos que fugaron y los que asaltaron el poder, tienen la misma responsabilidad. Unos y otros han dictado con su incapaz conducta, la sentencia que nos aplicará el enemigo. Nunca reclames nada, para que no crean que mi deber tuvo precio.

Besos para ti y Margarita. Abrazos a Melvin.

Francisco Bolognesi.