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ENMIERDAMIENTO Y CACOSMIA EN LA POLÍTICA

HECES Y CACOSMIA GASTROPOLÍTICA

ANÁLISIS POLÍTICO DE UNA INDIGESTIÓN

Publicado: 2017-06-03

Como profesional en temas relacionados a la salud gástrico-espiritual, me resulta preocupante el aumento de personas aquejadas por males gástricos de origen psicosomático, o como los identifica la sabiduría popular: “gente con cara de culo”. A lo largo de nuestras investigaciones y acopio de datos hemos descubierto un alto componente político en la formación de síndromes, condiciones, complejos, enfermedades que aquejan a gente "caracúlica".

La indigestión, por ejemplo, resulta de la ingesta, o mejor dicho, de la gesta, de la gesta revolucionaria que deciden emprender algunos órganos del aparato digestivo en contra de la dominación tiránica del mayor de los órganos: El estómago. Cuando uno tiene una revolución dentro, es signo de que algo va cambiar y quiere expresarse. A este proceso lo hemos denominado:

"Acumulación gastrico-plusválica de gérmenes dialécticos".

INFECCIÓN CARACÚLICA IZQUIERDIZANTE

 Esta infección es típica en el sistema capitalista pero ataca solamente a gente de izquierda. Los liberales y capitalistas han desarrollado una suerte de anticuerpo que los vacuna naturalmente, según dicen algunos, por el alto consumo de Coca Cola, que en dosis adecuadas, suele eliminar las infecciones izquierdistas, que de un tiempo a esta parte, han adquirido características pandémicas, sobre todo, desde que cayó el muro de Berlín y la República Popular China fabrica armas, juguetes y ropa de marca.

Existen muchas variantes de esta infección que ataca al izquierdismo: 

Rojimius Bolchevidrae; su grupo de riesgo son varones mayores de 45 años y además del ataque gastropolítico suelen agarrotárseles el brazo izquierdo con el puño en alto durante muchos días. Después de algunos días mueren murmurando la Internacional con el brazo izquierdo totalmente necrosado.

Reformus Socialconfúsis; ataca a personas de centro-izquierda, no es letal pero sí muy dolorosa. Las secuelas suelen ser bipolaridad ideológica y fuerte tendencia al suicidio.

Anarcodae contrahegemonensis; el grupo de riesgo son personas menores de 30 años, aunque se ha visto a algunos ancianos afectados. Existe la variante Posmojipiae que se subdivide en dos tipos de mutaciones virales: la vegopachamensis y la zapatiferae. Suelen morir en las asambleas durante algún ritual.

Cabe señalar, que algunos ataques han logrado disminuir, en algo, los síntomas de la indigestión izquierdista... Tenemos registrado el caso de una paciente, la señora GLP (2001). La paciente señora, estaba harta de padecer una penosa indigestión gasífera sonora o como decían sus hijos: “mi vieja es una pedorra”. La señora, ex sindicalista, logró sanar al ver la imagen del choque de aquellos dos aviones contra las torres del World Trade Center. Su alegría radical fue de tal magnitud, que su estómago funcionó de nuevo y normalmente. Lo único que tuvimos que hacer luego, fue una pequeña operación ambulatoria para implantar un pequeño silenciador que controlase el volumen de sus flatos, así como el compás y algunas notas fuera de tono. 

Cabe señalar el áspero debate llevado a cabo por ciertos alimentos en el último Congreso del Partido Comunista Veganoanimalista. Discutieron cuál era el alimento más popular, clasista y revolucionario. Las lentejas tomaron la palabra a nombre de la facción de las menestras argumentando que eran el alimento preferido por el proletariado. El arroz sostuvo que eran los más fieles e infaltables en el plato de los trabajadores, en la paz y en la guerra. Lo propio reclamaban las intnernacionalistas papas que salvaron a Europa de la hambruna. El pan hacía hincapié en haber estado presente en la última cena del revolucionario Jesús y de haber inventado la palabra "compañero". Y así, multitud de alimentos se arrogaban el derecho de ser los preferidos del proletariado mundial. Pero la fina carne de bife, guardaba un significativo y burgués silencio. Luego que todos los alimentos tomaran la palabra se quedaron mirando inquisitivamente  al jugoso bife, quien al verse presionado grito: "¡Es cierto camaradas, no hemos estado en los platos de la mayoría de la clase trabajadora y somos prácticamente un lujo inaccesible para los pobres de la tierra. Pero nadie puede negar que jamás hemos faltado en las cenas del Comité Central del Partido!"

CONTRADICCIONES ORGÁNICAS

Según los especialistas, es mentira eso de la “solidaridad de clase” entre los órganos del aparato digestivo, aquello es el síntoma de una desviación ideológica, provocada por el revisionismo de los antiácidos y los purgantes. No existe internacionalismo gástrico, en realidad, cada órgano del aparato digestivo, es autónomo uno del otro, trabajan conjuntamente porque una ley natural se los manda, pero no se toleran ni se pueden ver. Tienen entre ellos, profundas contradicciones y las rivalidades son tremendamente dañinas, por eso, no hay nadie que pueda exhibir un equilibrio gástrico normal. Si algo le pasa a un órgano, los demás se alegran y hacen fiesta, una actitud muy egoísta típica del mundo posmoderno capitalista.

Por ello, esbozo una nueva anatomía de las correlaciones políticas en el aparato digestivo contemporáneo. Es un esfuerzo por resolver el problema de la indigestión izquierdista, que por su origen clasista, no puede resolverse con un simple tratamiento de dietas o pastillas.

El Estómago, por su tamaño, funciones y control del jugo gástrico, que en este caso actúa como capital, suele reclamar constantemente el liderazgo de esta zona del cuerpo. Despreciando a los demás órganos calificándolos de meros “apéndices de él”. En el mejor de los casos los considera asesores. Es el caso del lambiscón Páncreas, qué solo sabe elogiar al estómago y danzar alrededor de él la típica danza del antiácido. Es considerado el “chupamedias” de esta región. Similar relación de dependencia se repite entre el grosero hígado y la vulgar vesícula. Ante la soberbia del estómago, suelen despotricar los revolucionarios intestinos: “¡Abajo el tirano gástrico! ¡Muera la bolsa trituradora! A lo que éste musculoso órgano responde: ¡Jamás serán como yo, culebras envidiosas!” Y continúa rumiando.

El Hígado, no es un órgano sino una glándula de gran tamaño, y esa es la razón por la cual es discriminado. Al no ser un órgano no puede reclamar un lugar jerárquico. Por eso, para molesto, no permite que nadie le hable ni lo mire: “¡Qué pasa huevón, no sabes que el huevo le hace daño al Hígado, ah, huevón, y encima me miras, ¡ah!, ya no me mires, ah, huevón. A ti que te importa, que te pasa carajo, ah, huevón, nunca has visto una gelatina marrón, este bello temblor con el que bailo. Ah, ya, pon primera y arranca, huevón”!

El ano, ¡qué podemos decir del ano, que no se haya dicho ya! Según los expertos, tiene una historia muy transitada. En fin, el ano, contra lo que muchos creen, no es la última parte del aparato digestivo, algunas veces suele ser la “entrada”, pero son como las escaleras, en realidad, pueden servir para subir o bajar. No tiene voluntad de poder, es escéptico con el poder. Por ello es identificado por los demás órganos como un órgano con ideologías anarco-posmodernas. En todo caso es el área del aparato digestivo que por su estratégica ubicación, nos conecta más rápido con el mundo globalizado.

Toda esta situación, de correlaciones complejas, genera una aguda irritación del Colon, que por su nombre y origen noble, cree que debiera ser el líder de todos. Bueno, decíamos que el colon, por solidaridad, se suma al griterío plebeyo intestinal, y es cuando empieza un cuadro, un cuadro surrealista de pequeñas bocas y puñitos que en tropel agitan banderas y temibles hemorroides. Es ahí cuando, el estómago, cede ante la presión popular.

Hasta ese momento, el estómago era el amo y señor de los jugos gástricos. Es una suerte de Estado controlista. Pero no todos los Estados pueden controlar todo. El poder esta difuminado y se concentra transitoriamente en lugares diferentes. Un ejemplo de eso es cuando se concentra (y por eso duele) en el estómago, en el hígado, en los intestinos, etc.

Finalmente, el último y más sagaz argumento lo tienen las heces, típica vanguardia política que se pone delante de los procesos de acumulación popular, delante de... (¿O deberíamos decir detrás?) Bueno es relativo, el meollo, es que las heces no piden la palabra, la toman, no piden permiso, irrumpen, y aunque sus razones siempre son justificadas, no dialogan, sino que se imponen. Conocida y registrada en la historia está el hecho de que cierta vez rehusó salir del cuerpo. Tal fue la infección que causó en todos, que en menos de tres días el cerebro, el mismísimo cerebro firmó un acuerdo cediéndole –a las heces- los derechos de gobierno en el aparato digestivo, por encima del gran Estómago. Esto también irritó al estómago, que tuvieron que bañarlo en Milanta para que no armara clandestinamente a sus grupos paramilitares: las temibles úlceras.

Ningún órgano pudo con las heces y sus tácticas terroristas. Las veces que todos los órganos han querido hacer un frente contra ellas uno a uno iban sucumbiendo:

- Prroooorffffff

- Pssshhhhhuuu

- splasssshhhhh

-¡plop!

Esta reproducción literal de las masacres y genocidios de las heces, va acompañada de sudoraciones, de despilfarro incesante de papel, de dolores parecidos al parto y sobre todo, de terribles imprecaciones e insultos.

- ¡Jamás vuelvo a tomar por la putamare!

- ¡cebichero conchatumare!

- ¡Porque no te lavaste las manos mierda!

- ¡me cago en Dios!

- ¡Me cago en la virgen!

Y como son invocaciones sagradas, las evacuaciones, mas tarde, van acompañadas de rezos, arrepentimientos y alabanzas.

- ¡Dios mío nunca más!

- ¡Virgencita arráncame este dolor!

- ¡Mamá, trae la Biblia!

A veces tenemos casos que llegan a depresiones existenciales. Típico caso, arañando la mayólica y casi besando el suelo:

- ¡Por qué a mí!

- ¡Qué hice para merecer esto!

Las heces, no toman prisioneros, son letales. Lo curioso, es que no son un órgano, y aunque su vida es transitoria, de alguna manera se las arreglan para volver. Por ello, su ideología es cíclica y escatológica. Se sospecha que son de alguna manera, maoístas. Aunque aún es un debate de expertos.

Las heces cuando se radicalizan, cometen actos de terrorismo, escogiendo a sus pobres victimas en desérticas carreteras cuando conducen y nadie los puede auxiliar. Pero a veces lo hacen para atentar contra muchos, por ejemplo cuando atacan a un individuo en una combi llena de gente, y este individuo, esta al final del último asiento. En ese momento el llanto se apodera del individuo, pero la inflexibilidad de las heces contamina a todos en la combi sin ningún tipo de compasión.

Por ello, ante el poder de las heces, todos los órganos han convenido en no meterse con ellas, y poner en la salida del ano (reducido a la mínima e insulsa función de “puerta”), un rótulo que dice: JEFE. De dónde se desprende la siguiente conclusión: que todo jefe, en el fondo es una mierda.

Después de citar todas las intervenciones de éstos egoístas órganos del aparato digestivo, la única conclusión, es que por lo general los debates encendidos nos llevan siempre, literal e indefectiblemente, a la misma mierda.

A sus servicios

Dr. Pedrito Faenas Parkero

Psicogastrodivertólogo

(peruano)

EMPODERAMIENTO CACAL


Escrito por

Jorge Millones

Trovador y productor. Aficionado a la filosofía y las ciencias sociales.


Publicado en

Cascabel: Textos, imágenes y sonidos para el cambio.

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