#ElPerúQueQueremos

DE LA MENTIRA A LA POSVERDAD

“La posverdad es de alguna forma el triunfo de la mentira, es la mentira travestida para legitimarse, para ser la nueva verdad, para decirnos que hoy, más vale parecer que ser”.

JORGE MILLONES

Publicado: 2017-05-21

En plena era de la “posverdad”, concepto que abordaremos en un próximo artículo, pero tiene que ver con el poder de las tecnologías comunicativas en la configuración de una “verdad” mediática más allá de la verdad factual, me parece necesario e importante hacer una reflexión introductoria sobre el rol de la mentira, sí, la otra cara de la moneda de la Verdad y que en este giro de la “posverdad” se ha escamoteado o diluido, pues en la “posverdad” los hechos verdaderos no interesan, sino, lo que se proyecta como verdadero y es creído por la gente. 

Me apoyaré en el fragmento de un texto que escribí en el 2008 pero publiqué en el 2012 (Cascabel, 2012) para situar lo que se veía venir y se articuló más tarde en el concepto de “posverdad” acuñado por el bloguero David Roberts en el 2010, generando toda una corriente de reflexión sobre este tema. Y si efectivamente la verdad se ha licuado (o escondido) por el poder mediático ¿Qué fue de la mentira? Pues, desapareció, se hizo legítima y mutó a ser la nueva “verdad”. Aquí va:

EL PROBLEMA DE LA MENTIRA

“El “arte” de mentir tiene como objetivo construir realidades paralelas para que otros puedan habitarlas. Michael Foucault decía que “el poder es la capacidad de crearle la realidad a otros”, en ese sentido, el poder es un gran mecanismo de mentiras y la realidad una mera ficción. El problema con las mentiras es que se supone son la contraparte de la verdad, entonces, ¿vivimos en una mentira? Y si eso es posible, ¿existe una realidad verdadera, más real? Al parecer las respuestas atisbaron en aquella película llamada Matrix, el problema está en que la verdad no es muy linda, y la mayoría elige casi siempre vivir en la ficción.

“Las mentiras tienen patas cortas”, solían decir, pero la evolución de la inteligencia humana ha hecho que las mentiras sean más sofisticadas y las realidades ficticias que han creado son ahora más creíbles y duran mucho más. La realidad virtual, las tecnologías mediáticas, los sistemas expertos, en fin, todo aquello que sirve para comunicarnos y divertirnos, han configurado un mundo del cual no tenemos manera directa de saber si es verdadero o no, real o no. La realidad y la verdad se han complejizado. Si alguien vive en una mentira toda su vida, y la mentira es largamente sostenida, ni siquiera con la muerte esa mentira pierde su condición de verdad. Esto es digno de sesudos análisis sociológicos y filosóficos, pero yo me pregunto: ¿hasta qué punto estos fenómenos híper modernos han afectado al amor?, ¿cómo se despliega el arte de mentir en el amor hoy en día? Y tú, ¿para qué le mentirías a la persona que amas? Entre la tentación y el pecado siempre hay una mentira esperando, lo saben bien los amantes.

Mentiras piadosas, mentiras que matan, mentiras que salvan vidas o las destruyen, mentiras que con el tiempo se vuelven verdades, mentiras que dan prestigio, mentiras que nos mantienen juntos, mentiras para separarnos, mentiras que dan dinero y poder, mentiras que no hacen nada, casi ornamentales, en fin, existen mentiras, como diría el buen Sabina: “…para no cortarse de un tajo las venas”. La mentira es tan vieja como el hambre, y por más complejidades que existan hoy, supervive la vieja y misma pregunta: ¿para qué se miente? No lo sé a “ciencia cierta”, sospecho que algo tiene que ver el poder en todo esto. Me han mentido, y también me tocó mentir, y en ambas ocasiones, digamos, no me he sentido muy bien.

Pero hay gente muy adaptada y muy ducha en el arte de mentir, especialistas con un talento supremo para eso, como diríamos en el barrio: “la hacen linda”, “la saben hacer”. Todos podemos mentir, pero pocos construyen una ciudad de mentiras, una familia de mentiras, una reputación de mentiras, una personalidad de mentiras, una relación de mentiras, esa gente debe tener “algo” que la mayoría no tenemos. La psicología les dice mitómanos y se desentiende del tema, pero a mí me parece que vivimos en sociedades mitómanas, y sí es así, nadie es mitómano pues. Lo que diferencia al ser humano de los demás seres del planeta, no es la razón, sino su capacidad de mentir, la razón es sólo un vehículo cuyo timón la mayor parte del tiempo lo tiene la mentira. No sé por qué los filósofos se preocupan tanto por el problema de la verdad, cuando es más importante plantear el problema de la mentira.”

POLÍTICA DE LA POSVERDAD

A la Posverdad en política se le conoce como Política Posfactual, y no son caprichosos neologismos posmodernos, son intentos de señalar una serie de cambios en el orden de las percepciones y el conocimiento determinados por el acelerado desarrollo tecnológico de los medios y las redes sociales, los dispositivos y la articulación de varios ámbitos de nuestra vida al celular o a la computadora.

Vivimos un perpetuo “tiempo presente”, el viejo “tiempo real” ya es obsoleto. Y esto es importante decirlo porque al ser acelerado el tiempo, no hay tiempo para constatar nada. La política Posfactual se basa en que los ciudadanos al no tener tiempo ni entrenamiento para la constatación racional, apelan a las emociones y la empatía (manipuladas, obviamente) y entonces son más importantes las apariencias que los hechos, son más importantes los “dimes y diretes” y preguntas insulsas a los políticos para “conocerlos realmente”, lo programático se esfumó, a nadie le importa. Ya lo advirtió el profesor francés Marc Augé, estamos inmersos en una súper-abundancia de sucesos sin tiempo para reflexionar, y en esta cascada de noticias de nada sirve estar informado.

....................................................................................................

Fuente: http://diariouno.pe/columnista/jorge-millones/


Escrito por

Jorge Millones

Trovador y productor. Aficionado a la filosofía y las ciencias sociales.


Publicado en

Cascabel: Textos, imágenes y sonidos para el cambio.

Blog para compartir reflexiones que acicateen el pensamiento crítico y circular información solidaria e inflamable.