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POR LA VIRGENCITA

A 100 años del "suceso" de Fátima

“El manejo y control de las supersticiones y la fe populares son claves para mantener a una sociedad dominada y somnolienta”

Por: Jorge Millones

Publicado: 2017-05-15


EL 13 de mayo de 1917 tres niños pastores de la localidad rural de Fátima (Portugal) afirmaron haber estado en presencia de la Virgen María. Estuvieron en trance por varias horas y Lucía, la mayor de los tres niños, recibió tres mensajes proféticos que son conocidos por el catolicismo como los “Misterios de Fátima”. ¿Alucinaciones, delirios colectivos, éxtasis religioso? ¿O acaso es en verdad el fenómeno sobrenatural más documentado en la historia del siglo XX?

Los periódicos portugueses de la época registraron no solo la devoción de miles de fieles, sino, milagros de todo tipo durante los 6 meses de “apariciones” que tuvieron lugar todos los días 13 de cada mes hasta el 13 de octubre de ese año. Sanación espontánea de enfermos, éxtasis religioso y el más increíble “milagro” presenciado por una multitud: la “danza del sol” del mediodía. El sol se movía de su habitual sitio como si estuviese bailando hasta acercarse bastante a tierra secando las ropas mojadas de 50 mil personas extasiadas y el suelo fangoso del lugar luego de toda una mañana de lluvias torrenciales. Fotografías, testimonios y reportajes periodísticos dan cuenta de este fenómeno inexplicable.

Gracias a la cobertura mediática de estos extraños fenómenos meteorológicos y a la repercusión social que tuvieron, los ojos del mundo se enfocaron en Fátima y en las visiones que tuvieron los pequeños Francisco Marto, Jacinta Marto y, sobre todo, Lucía Dos Santos, quien habría recibido tres mensajes proféticos directamente de la Virgen María.

APLACA TU IRA SEÑOR

Las visiones mostraban terribles imágenes y sonidos del infierno, lograron ver un agresivo ángel con una espada flamígera al lado de la Virgen presto a destruir la Tierra, pero era contenido por la propia “madre de Jesús”. La Virgen advirtió que vendría un gran castigo en forma de una terrible guerra y que Rusia (¡Cuándo no!) se alejaría del redil cristiano y “esparciría sus errores”. Por eso era necesario que los papas y obispos “consagraran Rusia al corazón de María”. El tercer “misterio” tuvo que esperar muchos años para ser revelado, tensiones entre cálculos del Vaticano y los designios de la propia Virgen María hicieron que se revelara no en 1960, como estaba previsto, sino, a mediados de los ochenta. Juan Pablo II lo dio a conocer y aunque muchos dijeron que se trataba del intento de asesinato del Papa polaco, otros hablan de un ataque catastrófico y apocalíptico a un Papa posterior y a la Iglesia de Roma en medio de una gran mortandad.

Las “profecías” de Fátima surgieron en un contexto histórico de agitación mundial, por un lado, estaba la crisis de los colonialismos europeos (África y Asia) y sus guerras intestinas por sobrevivir que enfrentaron a las principales potencias occidentales. Por otro, la inmanejable crisis de la propia Europa durante y después de la Primera Guerra Mundial (ascenso del fascismo, antisemitismo, problemas limítrofes, triunfo del comunismo en Rusia y su inmediata influencia en los movimientos proletarios del mundo) y que serían el caldo de cultivo para dictaduras, genocidios, persecuciones y demás horripilancias de la Segunda Guerra Mundial.

SE VIENE EL FIN DEL MUNDO

Los movimientos proletarios se hicieron más fuertes en Europa, una revolución popular sacudió México y los movimientos independentistas se fortalecieron en África y Asia. En esa efervescencia social y política aparece “pertinentemente” la Virgen condenando directamente a Rusia, país convulso con un sistema monárquico despótico totalmente colapsado, en crisis por la Gran Guerra y con una miríada de movimientos subversivos articulándose, no se necesitaba una revelación divina para darse cuenta que Rusia estaba ad portas de una revolución social. Fue, sin duda, el primer psicosocial del siglo XX, poco importa si en verdad se “apareció la Virgen”, lo que importa -en la era de la posverdad- es lo que hicieron con sus supuestos “mensajes”, el manejo político e ideológico por parte del Vaticano de esas “revelaciones” para desprestigiar la lucha de muchos movimientos populares de izquierda y ser condescendientes o colaboracionistas (como se demostró después) con el fascismo, el nazismo y el franquismo durante y después de la Segunda Guerra Mundial.

En América Latina desde la Virgen de Guadalupe al Señor de los Milagros, pasando por santos y beatos de toda índole, se han utilizado hábilmente estas figuras religiosas de gran fervor para mantener un statu quo determinado o para distraer a la opinión pública. El manejo psicosocial en países conservadores y profundamente religiosos encuentra en las “vírgenes que lloran” (Montesinos era un maestro en esto) o en los “pishtacos” (como aquel oficial de policía que se prestó a ese psicosocial) un mecanismo de dominación que consiste en manipular los miedos atávicos, la ignorancia o la buena fe de las personas.

El rol de los medios de comunicación lejos de fomentar un espíritu crítico ante tales “noticias” más bien las fomentan y amplifican, cerrando así, el círculo del manejo psicosocial que nace -seguramente- en alguna oficina de Inteligencia.

Con la internet, la sociedad en red y la súper-abundancia de información, creemos en la ilusión de un mundo más secularizado y con menos dioses. Sin embargo, a un siglo de la aparición de la Virgen de Fátima, el mundo sigue creyendo en profecías y en seres ultraterrenos y trascendentales: complejas teorías de conspiración, ufología, pseudo-ciencias y una inminente invasión extraterrestre se mezclan con libros sagrados de todas las religiones. Internet no ha provocado de ninguna manera la expansión del pensamiento crítico, filosófico o científico, por el contrario, está articulando a gran escala todas las supersticiones del planeta para convertirlas en un gran negocio. La mala información como negocio, un negocio que deforma, que desorienta y des-potencia política y socialmente a una sociedad, que la distrae de los problemas concretos que la oprimen.

Algunos esperan al Dios castigador, otros a civilizaciones más avanzadas que nos rescaten de nosotros mismos, en cualquier caso, todas son opciones que nos impiden ver y aceptar que somos una especie cobarde e incapaz de hacerse cargo de sus propios desastres. Habría que empezar a madurar y evitar tener un cerebro virgen.

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Fuente: http://diariouno.pe/columna/por-la-virgencita/



Escrito por

Jorge Millones

Trovador y productor. Aficionado a la filosofía y las ciencias sociales.


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Cascabel: Textos, imágenes y sonidos para el cambio.

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