Desde Lima, año 2007 y hablando por teléfono con su primo desde el locutorio del barrio, el popular Juan Mamani: 

¡Aló primo!

Habla causa. Vengo recuntra asao chochera, taba el otro día en la Av. Abancay de Lima, sí, ahí donde están los congresistas, yo estaba esperando mi microbio pa jalar pal rioba, y en eso, un carrazo negro con lunas polarizadas me paso por encima del pie. Puta, gracias a Dios que no me rompí nada ueón, pero me asusté tanto que me puse a gritar:

- ¡Oe conchetumare maneja bien pes ueón!

Y en eso, el carro ése se detiene y se baja la ventanilla polarizada, yo me acerké pa sacarle su mierda, pero en eso asoma una cara horrible (take yo dudé si era jalohuin ueón y era un chibolo con su májcara) pero no ueón, era la Marta Hitlerman. La ueona sacó su cacharro por la ventana y era fea ueón, era ofensivamente fea ueón, más fea que una patada en las bolivias y con botas de cachaco, alucina. La ueona hizo un ruido así como los cocodrilos: “uuhhggrraaa” de ahí me di cuenta que solo estaba tomando aire y me dijo:

- ¡Oye indio bruto, habla bien! ¡Se dice CONCHA-DE-TU-MADRE!. Son cuatro palabras, no una sola ¡Jumento!. Tenías que ser un cholo zarrapastroso e ignorante!

Ta ke me quede ueón. Se guardó otra vez en su carro y se fue. La gente del paradero se miraba. Take el chillido de esa voz, parecía Godzila. Paró el tráfico ueón, los de la combi pararon, hasta los gallinazos soltaron sus ratas de la boca, menos mal todas cayeron en el techo el Congreso. Take me madrugó ueón, no supe reaccionar, en gran parte porque no le entendí ni mierda.

Puta ueón, encima me dice “jumento”. Me cagó ueón, me cagó. Seguro era una cosa fea pes. Yo preguntaba en el paradero: “Señora, un favor, sabrá usted qué es jumento”, “Maestro, me dice qué es jumento, plis”, “Chibolo, sabes qué es jumento” Take, nadie sabia ueón. Puta mare, yo pensaba, si nadie sabe, entonces no soy jumento pes ueón. Pero a lo mejor, todos somos jumentos pes, y era algo así como decir, “habla peruano”, o “chochera”, o “causa”. Pensé, “la tía maneja una jeringa antigua pes”. Pero no ueón, jumento ¡había sido el asno ueón! ¡Puta, nunca me vio tolaca la vieja y ya me dijo burro!

¡Y de mi piesito no dijo nada la jumenta esa! ¡No hay derecho pes causa!

Tuve ke entrar al guguel pa enterarme que era esa uevá. ¿Burro yo? La bruja me pisa el pie, no pide disculpas ¿Y el burro soy yo? Chessssss. ¡Un momentito!

Ta ke cagá. Venir a decir que yo avlo mal ueón, solo porque soy un ueón cholo y tengo el pelo chuto ¿Ke mierda tiene ke ver eso ueón? Si los blankitos pitukos tambien avlan mal ueón: “O sea, manyas ueón, me voy en mi bemebé a Eisha, me llamas al necstel, porque los demás no funcionan, manyas”

Puta. Yo no soy un ueon culto, no soy un ueon ilustrado ¡Pero tengo sentimientos pes ueon! Y por suerte tengo pie derecho. ¿Te imaginas si lo perdía ueón? Ta ke… ké mierda me iba decir el cobrador: “pie derecho causita, pie derecho”. Los pasajeros se hubieran cagao de risa de mí, ueón. Menos mal no paso nada. Pero me quedó una espinita clavada en la cabeza causa.

Me puse reflexionar, toda la tarde. Ese día me perdí mi pichanga de la tarde con los palomillas del barrio. Tamare, esa semana todos pensaban que estaba loco ueón, porque estaba comprando diccionarios, me metí a una librería y había uno perfecto 2000 páginas, lomo grueso, tapa dura, empastada con madera, encuadernado de lujo, este es, me dije. Y ahí tengo mi “mataburros” todos los días lo llevo conmigo.

Así que, cada vez que salgo del mercado central y regreso ahí, al cruce de Abancay con Junín, ruego que pase la bruja de nuevo en su carro negro. La insultaré de nuevo, esta vez con las cuatro letras bien dichas. Y cuando vuelva a sacar la cara por su ventanita, Puta que, le voy a meter un librazo en el cacharro, así con vuelo, como en el béisbol ueón, alzando la patita de adelante., esa que me chanco con su llanta. A ver si así, queda menos fea la reverenda hija de jumento esa.

Bueno primo, se acaba esta tarjeta de mierda, cuídate, y no brichees tanto pes, deja algo pa tu primo, saludos a mi tía.

¡Chaufa!