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BRIGADA MURALISTA, MOVIMIENTO NUEVO PERÚ Y ACTIVISTAS DE VILLA EL SALVADOR REALIZARON MURAL DE HOMENAJE.

Y NO PODRÁN MATARLA

María Elena Moyano, un legado vital.

Publicado: 2017-02-19


¡Tremenda la marcha contra la corrupción! Miles en las calles dijeron que no están dispuestos a comerse el asqueroso embutido de humillación y resignación de Odebrecht, OAS y otros consorcios en el que participaron empresas peruanas como Graña y Montero (accionistas de medios que solo le dan con palo a Toledo) y una clase política que siempre estuvo en vitrina para el mejor postor, es decir, para los grupos económicos que se beneficiaron con la “constitución” fujimorista y que se han enriquecido ilegalmente en dictadura y en “democracia”. 

COMITÉ CULTURAL DEL MOVIMIENTO NUEVO PERÚ EN PERFORMANCE ANTICORRUPCIÓN

¡Cómo “fastidia” esta mujer!

Las rabietas del sicariato mediático no se han hecho esperar. Bastó que Verónika Mendoza dijera: “el modelo impuesto por Fujimori promueve la corrupción generalizada” para que los más conspicuos defensores ideológicos del establishment iniciaran otro “linchamiento mediático” en su contra y rasgándose las vestiduras chillaron: “No es el modelo económico ni la Constitución, sino, algunas personas corruptas”, “¡Nadie tiene autoridad moral para abrir la boca!”. El mensaje es: “si todos somos corruptos, en mayor o menor medida, entonces el modelo es intocable”. Mientras, los “peces gordos” viven como magnates con el dinero de los sobornos, que finalmente, es dinero que todos pagamos.

MARISA Y VERO EN LA MARCHA ANTICORRUPCIÓN

Es notable el rol que juegan (y jugarán) activamente las mujeres en el proceso de cambio que el país necesita. Este modelo, efectivamente corrupto y corruptor, machista y patriarcal, caerá gracias a ellas.

¡Olvidarte nunca!

El pasado 15 de febrero se cumplieron 25 años del cobarde asesinato de la dirigenta barrial María Elena Moyano. Su muerte simboliza la impotencia y debilidad política del terrorismo de Sendero Luminoso frente a la práctica política democrática y popular que tenía Moyano. Al no poder cooptarla ni amedrentarla, decidieron dejar en evidencia su debilidad y la asesinaron, instalándola así, en el corazón de Villa El Salvador y del Perú entero.

María Elena era una mujer de barrio, fuerte y luchadora, pero también muy incómoda para el machismo, para la mirada clasista y para el racismo, porque con su cara negra y su voz de pueblo, le hablaba de “tú a tú” a las autoridades del Estado y a los empresarios, empujando hacia adelante a sus compañeras y compañeros, sin agacharle la cabeza al poder del terror. Estaba en un franco proceso de liberación como mujer, floreciendo en ella un tipo de mujer nueva en una sociedad conservadora y en guerra. Demasiada belleza no pudo ser tolerada, ni por la derecha que vio en ella una revuelta cimarrona y comunista, ni de la izquierda que aún no sabía del feminismo como hoy, y mucho menos del terror senderista.

La diferencia entre un ciego y un fanático es que el ciego sabe que no ve. El fanatismo senderista no conoció límites de ningún tipo y operó con brutalidad contra el pueblo mismo, igual que el fanatismo neoliberal. Ambos proponen un “pensamiento único”, una sola vía y quien no esté con ellos, está contra ellos. Porque después del asesinato de María Elena, se inicia un periodo de calamidades para el pueblo, seguramente les fue mejor a los empresarios y a algunos “emprendedores” que la emprendieron contra el erario nacional, pero al grueso de la ciudadanía le fue pésimo. Tuvimos que aguantar represión, muerte, atentados, al grupo Colina y su caravana de la muerte, hiperinflación, escasez, especulación, autogolpe y brutales paquetazos que dejaron a muchas familias rascando la olla. No, no se olviden, “los años de crecimiento” que vinieron después no fueron gracias a la varita mágica de algunos tecnócratas, sino, a la resistencia, paciencia y muchas veces resignación de un pueblo sufrido. Eso no se puede olvidar.

"...vecinos, la revolución es afirmación a la vida, a la dignidad individual y colectiva; es ética nueva. La revolución no es muerte ni sometimiento ni fanatismo. La revolución es vida nueva, es convencer y luchar por una sociedad justa, digna, solidaria al lado de las organizaciones creadas por nuestro pueblo, respetando su democracia interna y gestando los nuevos gérmenes del poder del nuevo Perú".

La negra es de izquierda

Esta semana hubo merecidos homenajes a María Elena Moyano, de muchos sectores, quiero rescatar uno en particular, el que le hizo el Movimiento Nuevo Perú, que incluyó una muestra fotográfica en el Congreso, una muralización en la Universidad de Lima Sur y un acto cultural en el teatro Vichama de Villa El Salvador. Un reconocimiento a su trayectoria y sacrificio. Un ejercicio colectivo de memoria, una memoria que quiere recordar (y recordarles a todos) que María Elena Moyano fue una mujer de izquierda, por lo mismo es que podía ver las incongruencias de la izquierda de su generación lanzando una furibunda crítica desde dentro de un proceso de construcción política y social, en medio de un conflicto armado y crisis de la izquierda.

María Elena Moyano ha sido presentada por los medios como una “víctima más del senderismo”; han querido apagar su legado y “neutralizar su imagen” de mujer política y luchadora. No dicen que fue una de tantos líderes de izquierda asesinados por el senderismo y que lo oiga bien el fujimorismo.

No importa, María Elena vive y su antorcha ya la tomaron otras mujeres valientes como ella, y eso, las niñas de hoy lo están mirando.

FOTO: ROMÁN HELÍ PAREDES


FUENTE: https://issuu.com/impresosdiariounoperu/docs/du19022017


Escrito por

Jorge Millones

Trovador y productor. Aficionado a la filosofía y las ciencias sociales.


Publicado en

Cascabel: Textos, imágenes y sonidos para el cambio.

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